Sobre mí

Buenos días, queridísimo lector, queridísima lectora, bienvenida a mi web. 

Me presento: Me llamo Noelia García Casanova.

Mis amigos dicen de mí que soy una persona alegre y que me va la marcha. No obstante, soy una persona sensata y reflexiva, que conste en acta.

Disfruto mucho en la naturaleza. Me relaja. Me da paz. También disfruto del arte. Y me entusiasma aprender cosas nuevas.

Mi pasatiempo preferido es la lectura. Me entusiasman las historias de magia y de fantasía, pero, muy especialmente, me entusiasma el conocimiento que me acerca a comprender la realidad humana. Déjame que te explique esto:

Cuando tenía 15 años, me intrigaban los tests psicotécnicos de las revistas para adolescentes. Recuerdo la emoción con la que sumaba los puntos al final, para descubrir algo más de mi personalidad. El autoconocimiento ha sido la piedra angular de mi vida y es lo que me ha permitido avanzar.

Mi constante búsqueda de respuestas, y mi filosofía de vida de mejora continua, me llevaron a estudiar el funcionamiento de la mente humana y su relación con el comportamiento humano, las posibilidades de desarrollar la personalidad y la manera de mejorar las relaciones interpersonales.

Después de muchos años estudiando y aplicando todos estos conocimientos de psicología en la mejora de mi vida personal, conocí la filosofía oriental, que aumentó mi comprensión de la vida y de mí misma de tal manera que mi vida ya no es lo que era. Y yo tampoco.

He estado 9 años desarrollando una bella profesión, como formadora y consultora, aumentando el bienestar de las personas en su ámbito laboral, con el uso de las tecnologías de la información. Sin embargo, en 2025, tuve la certeza de que mi camino a la felicidad estaba en otro sector. En 2025, descubrí que el camino bueno es el que te hace sentir paz y felicidad cuando te imaginas transitando por él, aquel que hace que la vida tenga sentido y que te emociona cuando hablas de él.

Pero ese camino no siempre estuvo claro. Volvamos atrás en el tiempo:

Cuando tenía 3 años, me preguntaron qué es lo que quería ser de mayor, y lo dije sin dudar: “Quiero ser maestra”.

Al entrar en la adolescencia, el panorama en el ámbito educativo me pareció desalentador, y cambié de rumbo. Este fue mi primer autosabotaje.

Al llegar al final de los estudios obligatorios, el camino se ramificó en dos, y tuve que elegir entre el mundo de las ciencias o el mundo de las letras. He aquí el segundo autosabotaje: Elegí las ciencias.

Dos años más tarde, más perdida que un mono en un garaje, como suele decir mi padre, inicié una carrera universitaria en el ámbito empresarial, mientras en paralelo, estudiaba dos idiomas, y por si eso no era suficiente, cursé también, al finalizar, una especialización en Banca y Finanzas.

La vida me puso por delante la oportunidad de llevar mis conocimientos al sector tecnológico, e inicié una carrera profesional en el sector de la informática aplicada a la gestión empresarial, como consultora y formadora.

A ojos de los demás, mi vida era una vida de éxito. Sin embargo, en 2020 entré en crisis existencial. Y cuando reconocí que estaba totalmente perdida, me encontré.

Iba andando por la calle, y volví a soñar despierta. Tuve una visión que me conectó con mi propósito, en la que yo estaba educando a unos niños en valores humanos en un aula. Y de repente sentí una alegría enorme. Supe en ese momento lo que quería hacer con mi vida: Ayudar a las personas a crecer.

Empecé a escribir un proyecto de educación, con todas aquellas ideas o aprendizajes que me gustaría transmitir a la gente joven, para que tengan herramientas con las que enfrentarse a los retos que la vida les plantea.

Hubo otros momentos de autosabotaje, hasta que llegó 2025 y tomé la decisión que cambió mi trayectoria profesional.

Desde 2025 trabajo como formadora en el sector educativo, aumentando el bienestar de las personas en su ámbito personal, con un proyecto de formación en autoconocimiento, salud mental y convivencia.